Cómo elaborar un Trabajo Fin de Grado: Evaluar la información

Segunda Etapa: Evaluar la información

Al mismo tiempo que vamos recopilando las fuentes que vamos a utilizar en nuestro trabajo fin de grado, es muy importante que evaluemos qué información proporcionan, ya que no toda la información es válida. Para ello, debemos asegurarnos que las fuentes de información que queremos utilizar son fiables. A continuación veremos cómo evaluar las fuentes de información.

Recuerda que la Biblioteca proporciona recursos de información seleccionados por profesores, por tanto, su contenido es apto para uso académico.

Los medios más fiables para localizar información válida para el TFG o cualquier trabajo académico son:

  • Buscadores científicos o académicos: algunos ejemplos son Océano, Google Académico, etc.
  • Bases de Datos de contenido científico o académico. A través de la Biblioteca se puede acceder a Bases de Datos como ProQuest, EBSCOhost, Aranzadi Digital, etc.
  • Catálogos de Bibliotecas, como nuestro Catálogo.
  • Revistas académicas o científicas. Las revistas tienen comités que revisan el contenido de los artículos que publican, por tanto, son documentos fiables.

Se desaconseja el uso de aquellas fuentes que no tengan rigor científico o académico.

Para determinar si un recurso es o no fiable debemos analizar los siguientes criterios: autor, procedencia, contenido, actualización, audiencia y propósito.

Criterios para evaluar fuentes de información

¿Quién lo ha escrito?

El autor es, posiblemente, uno de los aspectos más importantes a tener en cuenta a la hora de utilizar un recurso de información. Para evaluar la calidad de una publicación, debemos tener en cuenta los siguientes datos sobre el autor:

  • Si es un especialista en la materia que nos ocupa
  • Su prestigio

Asegúrate siempre de consultar información de autores de prestigio o expertos en tu área de conocimiento.

¿Dónde está la información?

En la mayor parte de los casos, la revista en que se publica un artículo o la editorial que edita un libro es un indicador muy valioso para establecer la validez de sus contenidos.

En el caso de las revistas, generalmente disponen de comités que revisan la calidad de los contenidos que publican, por tanto su validez está garantizada. Algunas, adicionalmente, se someten a revisiones por pares (revistas peer-reviewed), que es un procedimiento mediante el cual expertos ajenos a la propia publicación revisan los contenidos para certificar su calidad.

En el caso de las editoriales, aquellas publicaciones editadas por editoriales prestigiosas, organismos oficiales, universidades, etc., tienen, a priori, garantizada la validez de sus contenidos ya que dichos organismos o editoriales responden por ellos.

Comprueba la calidad del editor responsable de la publicación o de la revista que publica el artículo.

¿De qué trata?

Para valorar si una información es fiable debemos evaluar críticamente su contenido teniendo en cuenta los siguientes aspectos:

  • Que proporcione una información precisa
  • Que la información no esté manipulada o sesgada
  • Que las conclusiones estén debidamente argumentadas
  • Que se muestren claramente las fuentes utilizadas (bibliografía)

Comprueba que la información consultada sea precisa y esté bien documentada.

¿Cuándo se ha escrito?

Otro aspecto fundamental para distinguir una información válida es la actualización de su contenido. Tenemos que tener en cuenta:

  • Fecha de publicación. Si la fuente que estamos consultando no ha sido escrita recientemente es posible que la información no esté actualizada, por tanto, debemos asegurarnos de que la información sea fiable. Si, por el contrario, estamos consultado una información publicada recientemente, lo más probable es que esté actualizada y contenga las últimas novedades en su disciplina científica.
  • Actualización del contenido. Hay disciplinas cuyo avance científico es muy rápido, por tanto, no siempre los libros publicados en los últimos años están actualizados. Es fundamental comprobar que la información es actual.

Comprueba que la información esté actualizada con los últimos avances en tu área de conocimiento.

¿Para qué se ha escrito?

No todos los recursos de información tienen una finalidad científica o académica, un recurso de información puede estar escrito con otros fines, por tanto es fundamental que determinemos cuál es el propósito de la información que hemos encontrado.

Por norma general, toda la información localizada en revistas académicas o científicas o libros de la Biblioteca tiene como finalidad servir de apoyo al estudio y la investigación; son, por tanto, fuentes fiables.

Asegúrate de consultar información que se utilice habitualmente o provenga de fuentes académicas o científicas.

¿Para quién se ha escrito?

La información se escribe para comunicar una serie de hechos concretos a un público determinado.

A efectos de utilización para un trabajo académico universitario, debemos asegurarnos de que la fuente que estamos consultando es apropiada para el nivel académico exigido. Es decir, no sería apropiado en una obra divulgativa, dirigida al público general.

Comprueba que la información consultada esté dirigida al público académico o científico.